El importe de esta remuneración de Saeta es un 7,7% superior a la pagada en 2015. El aumento se registra tras la compra el pasado mes de marzo de dos plantas termosolares que han permitido a Saeta incrementar su 'cash flow' recurrente.
Saeta Yield basa su política de retribución al accionista en realizar pagos trimestrales de dividendos, que son efectivos 60 días después del cierre de cada trimestre y que en la actualidad se abonan con cargo a la prima de emisión de la compañía.
La distribución de un dividendo creciente constituye además uno de los principales compromisos de Saeta Yield y su modelo de negocio, según la firma.
Para ello, la compañía pretende lograr la máxima rentabilidad de su cartera de activos y mantener un crecimiento sostenido y controlado, mediante la adquisición de nuevos activos energéticos tanto de sus accionistas (ACS y el fondo GIP) como de terceros.