La transacción, prevista para cerrarse a comienzos de abril, contempla el pago de 79 dólares por cada acción de la cadena de comida rápida especializada en pollo frito, lo que supone una prima del 19,6% con respecto al precio de la acción el pasado 10 de febrero, cuando surgieron los primeros rumores de compra.
La adquisición de Popeyes, fundada en Nueva Orleans y con 2.600 restaurantes en todo el mundo, todavía está sujeta al visto bueno de los accionistas de la cadena de pollo frito y a las autoridades regulatorias.
Las acciones de Popeyes reputaban un 19,17% durante la sesión de este viernes en Wall Street y se intercambiaban a un precio de 78,80 dólares por acción, mientras que las de RBI incrementaban su precio en un 6,8%, hasta 57,56 dólares.