Cadena perpetua para un general de la dictadura argentina por asesinar a un menor en 1976

Cuatro/CNN+ 13/08/2009 10:33

El Tribunal Oral Federal número 1 de San Martín, Argentina, ha condenado este miércoles a cadena perpetua al general retirado Santiago Omar Riveros por la muerte de Floreal Avellaneda. El adolescente de 14 años fue asesinado por la dictadura argentina en 1976.

La sentencia condena también al jefe de Inteligencia de entonces, Fernando Werplatzen, a 25 años de prisión; al general a Osvaldo García a 18 años de cárcel, a los oficiales Raúl Jarcich y César Fragni a ocho años cada uno; y al comisario Alberto Aneto a 14 años de privación de libertad.

El tribunal encargado del caso de Avellaneda establece que todos los acusados, incluido Riveros, deben cumplir la pena de forma efectiva en la cárcel de Marcos Paz, según ha informado el grupo 'Clarín'.

La sentencia supone el comienzo del esclarecimiento de las responsabilidades de Campo de Mayo, donde fueron trasladadas en torno a medio millar de argentinos durante la dictadura. Está previsto que se celebren 40 juicios más. Así, el veredicto se convierte en un símbolo de las actuaciones contra sucesos ocurridos en el área militar de Campo de Mayo, convertida en emblema de la represión dictatorial. El fiscal Julio Strassera ha llegado a calificar la muerte de Avellaneda de ejemplo paradigmático del terrorismo de Estado.

Inocente o culpable

Riveros no ha reconocido los hechos por los que está siendo juzgado y se ha declarado inocente durante la vista celebrada este miércoles por la mañana, antes de la lectura de la sentencia.

Además, ha puesto en duda que fuese procesado por "jueces de la democracia" y ha criticado el "concepto de crímenes de lesa humanidad", ya que entiende que ha sido importado de otros países.

La Cámara Federal, no obstante, ya consideró probado en 1985 que el joven fue secuestrado y torturado para que revelara el paradero de su padre, militante político. La represión también secuestró y torturó con el mismo objetivo a la madre de Avellaneda, Iris Pereyra, que ha relatado al comienzo del juicio cómo los militares irrumpieron en su vivienda y les tomaron como rehenes "en represalia" por la huída de su marido.

Las autoridades militares pusieron a la mujer a disposición del órgano ejecutivo y sobrevivió al cautiverio, pero su hijo apareció muerto un mes después del secuestro frente a la costa uruguaya del Río de la Plata.