En el año 2013 se descubrió que una serie de chimpancés caníbales que vivían en unas cuevas de Senegal, devoraron al macho alfa de su manada entero, sin dejar ni una sólo extremidad, desde el cuello hasta los genitales. Así lo ha relatado el naturalista Álex N.Lachhein: “Esto es la prueba definitiva de que los chimpancés se comen entre ellos y que pueden llegar a ser muy violentos”.