El explorador Paco Acedo cruzó el lago Baikal en Siberia de sur a norte durante 21 días. Este lago, que es el más profundo del mundo, está envuelto en mitos y misterios, desde ovnis a espíritus o criaturas marinas. Acebo ha contado una de las experiencias que tuvo a las 5 de la mañana: "Me echaba a llorar en muchos momentos porque a cada paso que daba el hielo se podía romper".