El asesinato de Isabel Carrasco: lo que evitó que fuera el 'crimen perfecto'

  • Monserrat González y su hija, Triana Martínez, fueron condenadas a 22 y 20 años de prisión por el asesinato de Isabel Carrasco

  • Raquel Gago fue condenada por complicidad y tenencia ilícita de armas

  • La clave del caso está en el policía jubilado que persiguió a Montserrat González tras disparar a Isabel Carrasco

Sucedió el 12 de mayo del año 2014. Isabel Carrasco salió de su casa rumbo a la sede del PP y, mientras cruzaba un puente, recibió tres disparos por parte de una mujer. Pudo ser el crimen perfecto pero no lo fue por quién lo vio.

Una mujer siguió a Isabel y, en la pasarela peatonal, recibió el primer disparo, que entró por su espalda y llega a parte del corazón. La derribó, pero Isabel no murió en ese momento y su asesina le disparó dos veces más.

Un policía jubilado que caminaba por allí junto a su mujer presenció lo que pasó. Vieron a una mujer que caminaba muy cerca de Isabel, de hecho, pensaron que era su escolta y, una vez que pasaron, escucharon los disparos. Él era experto en seguimientos y no dudó en seguir a Monserrat para ver dónde iba y qué iba a hacer.

Montserrat se fue para reunirse con su hija y entregarle el arma dentro de un bolso. El letrado Carlos Rivera, abogado de la familia Carrasco, apuntaba que Monserrat tenía un defecto en la rodilla y el policía la reconoció precisamente por esto. Y es que, cuando la vio en el coche, sabía que era ella aunque ya se había cambiado: "Si no lo ve, hubiera sido el crimen perfecto".

El policía siguió a Monserrat y avisó al 112 de lo sucedido pero el arma no apareció. Lo hizo 72 horas después cuando la entregó Raquel Gago, policía local amiga de Triana y es que la hija de Monserrat habría llamado a su amiga tras encontrarse con su madre y habría dejado el bolso con el arma en su coche.

Al parecer, se determinó que madre e hija habrían urdido una venganza en frío, convencidas de que Isabel habría intentado perjudicar a Triana. Finalmente, fueron condenadas a 20 y 22 años de prisión.