Tras la misteriosa desaparición de Castle el día de su boda, de la que sólo se sabe que el escritor pidió que le borraran la memoria, él y Beckett no habían recuperado la normalidad, en cuanto a relaciones sexuales se refiere. Hartos de llenar su tiempo a solas viendo películas, la pareja de detectives ha decidido dar el paso; pero, como siempre, el teléfono ha sonado en el momento más inesperado.