Héroes anónimos en Nueva York

cuatro.com 07/11/2016 19:42

Esta semana, y ya que es lunes post Nueva York hemos querido escribir un post que sea algo así como la anti crónica de la reina de los maratones. A estas alturas ya todos sabréis que ha ganado un joven eritreo de 20 años llamado Ghirmay Gebreselassie , que otra africana, Mary Keitany, se impuso en la categoría femenina y seguro que estaréis hartos de escuchar que un ex jugador de futbol como Raúl era la gran novedad en la carrera y casi parecía que era el único representante español. Por eso en Tveo correr nuestra crónica alternativa del mediático maratón se la hemos dedicado a esos pequeños, pero grandes corredores desconocidos que han finalizado la carrera y que no ocupan grandes titulares.

El finisher de “El Hornillo”

De entre los 54 mil corredores de la maratón de Nueva York había una persona muy especial. El español Constantino Ramírez Costa, con ochenta años, ha disputado por tercera vez esta prueba. Dice que de los 13 maratones en los que ha participado este es el más especial porque es consciente de que es ya el último de su vida. Llegó a la meta en la posición 48.883, en 6 horas y veinte minutos. Nos enseña orgulloso su camiseta (con la muralla de Ávila y su pueblo El Hornillo) y su medalla. Nos cuenta también sus secretos: entrenar tres veces a la semana, nunca ha fumado ni bebido aunque, matiza, que en alguna fiesta familiar sí que se ha puesto algo contentillo. Ha sido su última maratón pero no descarta seguir disputando medias y carreras populares hasta que el cuerpo aguante.

Jose Manuel y Pablo conquistaron Nueva York

Pero el día después de la resaca de Nueva York en la que a todos lo populares nos pica el gusanillo de si alguna vez correremos su maratón hay otra historia que no queríamos dejar pasar en Tveo Correr y que si no conocéis os dará que pensar. La de dos valientes que han completado los 42 kilómetros por la gran manzana: Jose Manuel Roas y su hijo Pablo terminaron su tercera maratón en otro ejemplo de que por amor un padre supera cualquier barrera. Así lo entendió hace dos años, José Manuel Roas cuando terminó su primer maratón en Sevilla. Este profesor de secundaria de Alcalá de Guadaira corrió los 42,195 km empujando el carro en el que viajaba su hijo Pablo quien ahora tiene 18 años, y que nació con la enfermedad de West. Luego vino Madrid y ayer fue Nueva York.

El día previo Padre e hijo disfrutaron del recorrido y se quitaron la presión en compañía de uno de nuestros veteranos del atletismo. Ayer pudieron completar el sueño que empezó cuando un día Jose Manuel recibió la llamada de una especie de ángel de la guarda que vio los vídeos de esta pareja en YouTube y que le animó a viajar a Nueva York. Después vino la ayuda del Banco Santander y su proyecto deportivo “#1/2/3 a correr” que también decidió sumarse en la carrera y empujar la silla de Pablo. Nueva York ha sido su tercer maratón y a su llegada a meta José Manuel mostraba su satisfacción por como lo vivió su hijo.

Agustín Hernandez / Antonio Valverde