Atendi2

Jorge A. Berroa 16/05/2014 00:00

Desgraciadamente cada poco tiempo vuelve a ser noticia el número de corredores atendi2 en una determinada carrera. El mes pasado lo fue en la media maratón de Madrid con 46 personas que acabaron en una camilla. Esa noticia me trajo a la memoria una Behobia - San Sebastián que corrí en 2011 donde 370 personas necesitaron ser socorridas. Encontré algunas coincidencias en ambas pruebas.

La primera y más importante es la temperatura, en los ambos casos era parecida, 25 grados y un alto porcentaje de humedad. A pesar de que los organizadores de las carreras lanzaron aviso previos sobre hidratación e indumentaria recomendada, no lograron mentalizar a muchos corredores.

Para mi sorpresa pude ver corredores saltándose los avituallamientos para no perder tiempo, gente con pantalón y/o camiseta térmica o exceso de ropa y muchas ambulancias, aunque menos que personas tiradas en las cunetas.

La polémica sobre sí los corredores salen a las carreras sin estar preparados para afrontarlas fue lo primero que se planteó y se demando la supuesta necesidad de aportar un certificado médico antes de la salida. Sin embargo el club Fortuna, organizador de la Behobia hizo un estudio para determinar las causas del alto número de atendi2 y descubrieron algunas cosas sorprendentes. La mayor parte eran atletas de nivel medio alto con un objetivo claro de mejorar sus tiempos anteriores. Los tiempos caían estrepitosamente en la segunda parte de la carrera demostrando que el personal sale a un ritmo que está muy por encima de sus posibilidades. Incluso se descubrió atletas que se plantaron en la salida con gastroenteritis, fiebre o procesos gripales con tal de no faltar a la cita. Exprimirse en condiciones absolutamente desfavorables acabo con muchos de ellos en el hospital y algunos en la UVI, pusieron su vida en peligro por un espíritu de superación absolutamente imposible de cumplir.

No intento dar ejemplo pero recuerdo perfectamente que me lance a correr con una botella de agua en la mano y un solo pensamiento "hoy no tiene sentido nada más que intentar disfrutar y olvidarme del cronómetro". Pare en cada uno de los avituallamientos y corrí acompañado de amigos, sufrimos juntos pero no nos separamos. Cada vez que me cruzaba con algún atendido mi cabeza me pedía que fuera más despacio, veía el peligro, y le hacía caso. Sin duda y a pesar de hacer 9 minutos más que mi mejor tiempo, recuerdo ese día como uno de los que más he disfrutado corriendo. Viví la Behobia en su mejor versión, disfrute del apoyo del numeroso público que nos acompaña, de los paisajes del recorrido que acaban llevándote al mar y de esa entrada en el bulevar Donostiarra por una de las zonas más bonitas de mi ciudad. Y sobretodo llegue muy entero y ¡Con mucha hambre! (Raro después de 20 kilómetros corriendo). Pude disfrutar de uno de los 10 mejores chuletones que recuerdo regado con buen vino.

Con 25 grados es imposible que con una preparación física similar a la de otro año se pueda batir la marca personal, lo normal es que en una media maratón popular los primeros pierdan entre cuatro y cinco minutos y un corredor medio entre 8 y 10. Es absurdo intentar batir nada en esas condiciones el planteamiento debería ser controlar el ritmo para intentar disfrutar y no saltarse ningún avituallamiento.

Con respecto a si es conveniente pedir certificados médicos para determinadas carreras, soy de los que piensa que no tiene demasiado sentido. ¿Qué tipo de pruebas? ¿Cuánto tiempo antes? ¿Qué tipo de médicos podrían certificarlos? Nunca está de más hacerse pruebas médicas, pero no para correr determinadas pruebas populares, si no para descartar posibles problemas físicos que impidan practicar el running de manera habitual y ser conscientes que ninguna prueba puede descartar problemas al cien por cien.

Como conclusión creo que lo más importante es usar el sentido común. Estado de forma, meteorología, distancia, perfil, pulsaciones, hidratación, ritmo y sensaciones deberían de ser analizados en cada kilómetro que hacemos.

Paso a paso y sin perder de vista el suelo.