Lo que no te puedes perder de La Ruta del Dragón: el Mekong

Raquel Sánchez Silva 01/11/2010 09:00

Decían los colonizadores franceses de Indochina que los vietnamitas plantan la semilla, los camboyanos la ven crecer y los laosianos escuchan como crece; esta frase que habla de la paz, la calma y la espiritualidad de los habitantes de Laos, se hace especialmente palpable a orillas del Mekong a su paso por este país, donde el visitante encontrará con seguridad a los abnegados campesinos locales apostados junto a sus tierras de labranza en una inmóvil y fascinante comunión con sus campos. La devoción y el respeto que sienten los laosianos por el gran río no es para menos ya que es la base de la riqueza agrícola del país, siendo el arroz su principal producto; las fértiles riberas del Mekong dan gracias a la tierras enriquecidas con los lodos del río, hasta tres cosechas de arroz por año. Pero el Mekong es mucho más que una fuente de suministro de agua, es también una de las zonas del mundo más ricas en biodiversidad con más de 2000 especies animales distintas; una cifra que además, gracias a los recientes estudios, aumenta a la asombrosa velocidad de tres nuevas especies por semana hasta el punto de que sólo en 2009 se lograron identificar 145 nuevas formas de vida en esta área fluvial.

Entre las especies más curiosas que habitan la cuenca del río se encuentran la rata de roca laosiana, que a pesar de considerarse extinguida hace 11 millones de años, fue descubierta recientemente por expertos en un mercado del país a orillas del Mekong; dentro de la dificultad, el delfín del Mekong es algo más sencillo de divisar ya que, a pesar de estar amenazado por la contaminación y encontrarse dentro de la lista de especies amenazadas, es posible contemplarlo en la confluencia de los ríos Mekong y Sekong donde se encuentran reservas que ofrecen visitas guiadas al turista.

El Mekong es también el eje de la vida laosiana, y por sus aguas transitan embarcaciones de todo tipo que viajan entre las ciudades más representativas del país que como sus habitantes viven y crecen mirando al río.