Mi sobrino Iván nació en plena Ruta del Himalaya. Me perdí su nacimiento. Este año, Iván ha cumplido un año y, otra vez, la celebración me ha pillado lejos. El día de su cumple entré en un pueblo y a lo lejos escuché cómo unos niños cantaban Happy Birthday. Supongo que lo hicieron a modo de saludo porque era lo único que sabían decir en un idioma que intuían común.
En cualquier caso, ocurrió allí. Y ocurrió ese día. ¿Para qué voy a pensar en la casualidad pudiendo pensar en la magia?. Cuando Iván crezca le contaré que cantaron por él.