En el partido del Western Sydney Wanderers contra el Melbourne City, en la A-Legue, uno de los jugadores del equipo local, enloqueció cuando metió el primer gol. Sin embargo, no se dio cuenta de que el árbitro había pitado fuera de juego. El delantero, Kerem Bulut, se fue ha celebrarlo hacia el público arriesgando su expulsión.
Cuando volvió al terreno de juego su cara fue de circunstancia. Después de esta gran celebración, el delantero se dio cuenta de que su gol no había contado. La celebración había sido exagerada y volvió al terreno de juego muy avergonzado. ¡Menudo chasco! Aun así, los Wanderes consiguieron sumar un punto en la Liga australiana, tras anotar un gol en el último minuto.