Hoy la red sigue con el corazón derretido por la final de la copa mundial de Rugby. Bueno, en realidad no es por la final, si no por lo que ocurrió justo después. Un joven espontáneo neozelandés salta al césped en busca de su estrella, el All Black Sonny Williams. Un miembro de seguridad interrumpe su carrera, y el placaje es tan desmedido, que Williams reacciona. Protege al chaval bajo su gigantesco brazo y acaba regalándole su medalla de oro.