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Qué pasa si tomo un medicamento caducado: la ciencia responde sobre los riesgos y la eficacia

Aquellos que estén mal conservados se deben desechar. Pixabay
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Revisar el botiquín de casa en busca de un alivio rápido es algo que todos hemos hecho, y, cuando se encuentra el medicamento en cuestión resulta que está caducado. Ahí surge la duda, ¿quiere decir que el medicamento ya no funciona o que es peligroso? La respuesta es más compleja de lo que puede parecer. Las fechas de caducidad en los medicamentos indican hasta cuándo el fabricante garantiza su seguridad, eficacia y calidad.

En los últimos años, diversos estudios y organismos sanitarios han analizado el riesgo real de consumir medicamentos caducados. La evidencia indica que, en muchos casos, no son dañinos, aunque sí que pueden perder potencia. No obstante, existen excepciones críticas en las que la utilización de un fármaco caducado puede producir efectos adversos o sencillamente no cumplir su función terapéutica. Para poder comprender cuándo pueden ser seguros y cuándo no, conviene revisar cuidadosamente qué dice la ciencia al respecto.

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¿Por qué existen las fechas de caducidad?

Desde 1979, los fabricantes están obligados por ley a incluir una fecha de caducidad. Esta fecha se establece tras estudios de estabilidad que garantizan que, si se mantiene en condiciones adecuadas, el medicamento conserva su potencia, pureza y seguridad hasta ese momento. Cuando pasa esa fecha, no se puede asegurar la eficacia del principio activo ni que no aparezcan subproductos o degrados.

Hay que tener en cuenta que los comprimidos y cápsulas suelen mantenerse estables incluso más allá de la caducidad, mientras que jarabes, colirios y antibióticos líquidos son más susceptibles a perder eficacia y contaminarse.

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Eficacia reducida sin provocar daños

Uno de los mayores mitos sobre los medicamentos caducados es que se pueden transformar en sustancias tóxicas o peligrosas para el organismo. Pero, la mayoría de los estudios científicos coinciden en que no es así. En la realidad, lo que ocurre es que el medicamento tiene una pérdida progresiva de potencia del principio activo, lo que significa que el medicamento puede no ser tan eficaz como lo era antes de la fecha indicada por el fabricante.

En 2012, un estudio del Departamento de Defensa de EEUU evaluó más de 100 fármacos y concluyó que aproximadamente el 90% seguía siendo seguro y eficaz incluso hasta 15 años después de su fecha de caducidad, siempre y cuando hubiera sido almacenado en condiciones ideales.

Esto no quiere decir que se recomiende el uso de medicamentos caducados, pero sí que echa por tierra la idea de que todos se convierten automáticamente en productos nocivos.

Aun así, hay ciertas excepciones muy importantes donde el uso de un medicamento caducado puede ser potencialmente peligroso, estos son: antibióticos líquidos, insulina, epinefrina, nitroglicerina, inhaladores para el asma o la EPOC y colirios y gotas oftálmicas.

Estos casos subrayan la importancia de no generalizar con los medicamentos caducados, estos productos deben ser eliminados de inmediato una vez que se han vendido, sobre todo si se usan para enfermedades agudas o crónicas críticas.

¿Es posible usar un medicamento caducado?

La respuesta más precisa sería: sí, pero sólo en determinadas circunstancias y siempre con sentido común. En entornos controlados, como casa, algunos medicamentos caducados como pueden ser analgésicos comunes, antihistamínicos o antiácidos, pueden seguir siendo utilizados puntualmente si han sido conservados adecuadamente y su función no es vital para la supervivencia del paciente.

No obstante, esto no debe convertirse en una práctica habitual, ni sustituir el criterio médico. En situaciones donde no se dispone de atención inmediata o en emergencias, se puede utilizar un medicamento caducado. ya que es mejor que no hacer nada.

Además, aunque el envase esté intacto, el principio activo puede haberse degradado. Si se trata de una crema de uso tópico para una erupción leve, las consecuencias pueden ser mínimas. Pero si hablamos de antibióticos caducados para tratar una infección pulmonar, las cosas cambian y mucho.

Recomendaciones y gestión: qué se hace con los medicamentos caducados

Lo más prudente es mantener un control periódico del botiquín. Se recomienda revisarlo cada seis meses para comprobar cuál es el estado de los medicamentos y desechar de manera correcta aquellos que estén caducados. Los fármacos nunca deben tirarse a la basura, y mucho menos al inodoro, ya que pueden contaminar el medioambiente, especialmente los acuíferos.

En España, el sistema SIGRE (Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases) permite que cualquier ciudadano deposite medicamentos caducados o no utilizados en contenedores especiales ubicados en las farmacias.

Además, es recomendable guardar los medicamentos en su envase original, lejos de la humedad y el calor, nunca en el aseo o baño. No se deben conservar restos de antibióticos “por si acaso”, el antibiótico siempre ha de estar prescrito por un médico antes de tomarlo, nunca se debe hacer por cuenta propia. Evidentemente, aquellos medicamentos que no se recuerda para qué eran, deben desecharse por el peligro que pueden suponer y, ante cualquier duda, se aconseja que se consulte con el farmacéutico o médico.