Los vecinos de Madrid, en pie de guerra por la retirada de un tejado de amianto: "Nos obligan a confinarnos"

El ayuntamiento quiere transformar la nave abandonada en un polideportivo
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MadridLa retirada de un techo de amianto ha puesto en pie de guerra a un millar de vecinos del barrio de Retiro, en Madrid. Creen que no se están cumpliendo las medidas de seguridad y temen que la mala manipulación de este material acabe pasando factura a su salud. Acusan al ayuntamiento de no tenerles en cuenta en la gestión de la situación y piden, según informa Montse Ávila en el vídeo, que se paralice la obra.
El tejado a retirar es el de una nave industrial abandonada que es propiedad del consistorio. Supera los 8.000 metros cuadrados y se encuentra en el centro de una manzana rectangular de edificios, dando muchas de las ventanas al espacio inmediatamente superior a las láminas. El ayuntamiento quiere convertir el espacio en un polideportivo pero, para eso, necesitan quitar todo el amianto.

Preocupación en toda la manzana
Los afectados, unos 2.000 vecinos, denuncian que el ayuntamiento les ha pedido "prácticamente que se confinen" por prevención. Aseguran que solo se les ha informado a través de una circular dos días antes del comienzo de la obra. La toxicidad de este material es conocida: sus fibras se introducen en el sistema respiratorio y pueden causar numerosas complicaciones.
"No me atrevo a abrir las ventanas", asegura Susana Ruíz, vecina afectada. Se muestra preocupada porque conoce el riesgo que supone el hecho de retirarlo y las medidas que les han sugerido no convencen a nadie. "Con 40ºC, que no salgamos al patio, que no tendamos ropa, en definitiva que estemos encerrados", se lamenta.
Piden al ayuntamiento "que les tengan en cuenta"
Ruíz sostiene que se les avisó a través de una circular de la empresa encargada de la obra solo dos días antes de su inicio. "Hubiéramos querido que el ayuntamiento nos avisase con tiempo, podrían habernos tenido en cuenta a todos, que no somos cuatro". Una sede del área municipal de Vivienda colinda con esta nave y está cerrada por seguridad, algo que ha alarmado más a los vecinos. "Les han dado tres semanas de teletrabajo para que no aparezcan por aquí. Solo nos ha generado más inquietud", asegura Ruíz.
Ahora solo piden una cosa, avanza la afectada, "que paren la obra, que la hagan en octubre o noviembre porque no tienen que abrir las ventanas". Todo para evitar que el amianto se cuele en sus casas.
Los peligros del amianto, prohibido desde 2002
Aunque la palabra hace saltar todas las alarmas por su mala fama, el amianto solo es peligroso si se fragmenta y las fibras se transmiten por vía aérea. Eso sí, cuando se inhalan, pueden provocar enfermedades graves. Por tanto, es fundamental que se manipule de la forma más estrictamente pulcra.

Lo explica Francisco Flor, ingeniero industrial: "El contacto con el amianto no es, en sí, peligroso. Supone un peligro su polvo, pequeños fragmentos". España prohibió su fabricación y comercialización en 2002, pero este material sigue presente en muchos de los edificios construidos hace más de 30 años. "Su mayor uso ha sido en la construcción: tuberías y cubiertas, entre otros", recalca Javier Rodríguez, coordinador de Descontaminación de AEDED, la Asociación Española de Demolición, Descontaminación, Corte y Reciclaje.
Pero su utilización acabó prohibiéndose cuando se descubrieron sus efectos dañinos. "Ese mineral está compuesto por unas fibras y se descubrió que son peligrosas cuando llegan a los alvéolos pulmonares, llegando a provocar cáncer", añade Rodríguez.
¿Cómo se puede retirar de forma segura?
Desde su prohibición, la Unión Europea ha fijado un plan para eliminar este material por completo de toda edificación. Su retirada sigue estrictas normas de seguridad, asegura Flor. "Solo las empresas registradas pueden manipular amianto y se hacen mediciones ambientales en las obras para asegurarse de que no se alcanza la toxicidad".
"Se retiran las láminas sin romperlas", apunta Rodríguez, "lo que retiran está en húmedo para que las fibras no se esparzan al aire y llevan también un líquido pegamento para que las fracturas no se deshagan". A los vecinos del barrio de Retiro se les ha pedido que no abran las ventanas ni tiendan hasta nuevo aviso. "Es una medida adicional a la seguridad que ya existe", aseguran estos dos expertos, pero el miedo se ha apoderado de la zona.
