Juan Antonio Expósito explica en un libro el éxito en selectividad de 'Las Musas": "No hay ascensor social sin calidad"
Los alumnos del Instituto Público de Las Musas siempre están entre los mejores de las selectividad
Expósito: "Nos hemos volcado en buscar la innovación en artilugios tecnológicos cuando estamos tratando con personas, con jóvenes".
Es el libro que cuenta una historia de éxito. El del instituto público de las Musas, en un barrio de clase trabajadora de Madrid. Sus alumnos siempre están entre los mejores en la Selectividad. El que fue su director, Juan Antonio Expósito, cuenta las claves de su fórmula en su libro 'La rebelión de las Musas".
En las páginas del libro, Juan Antonio expone los diez años de éxito en Las Musas: "Necesitábamos contar lo que habíamos hecho, una experiencia de innovación y éxito". Y a fe que el de este instituto de barrio de case obrera lo es. Y hay una clave sustancial para dotarle el mérito que merece porque puede haber garantizado el futuro y mejorado el nivel de vida de muchos. "El ascensor social no funciona si no se activa la polea de la calidad educativa", explica Expósito. "Nos hemos volcado en buscar la innovación en artilugios tecnológicos cuando estamos tratando con personas, con jóvenes".
Nunca
Con enormes éxitos académicas, Las Musas se ha convertido en todo un referente para otros centros. "El niño necesita coger el bolígrafo y escribir de su puño y letra, reflexionar, dialogar, recuperar una enseñanza más humana", señala el autor de 'La rebelión de las Musas", poniendo así en solfa la deriva tecnológica de la que ahora damos marcha atrás.
Nunca quiso Expósito que el colegio fuera bilingüe y da una razón de peso para ello. "Siempre tuvimos claro que no podíamos renunciar a dar la biología o la historia de España en castellano, sería traicionar a Cervantes".
Programa de mentorización
Contrario a las repeticiones de curso, Expósito apostó por una programa de mentorización. "Un profesor que lo va a guiar durante todo el año. Para el profesor todas esas horas serán lectivas y se establece un vínculo emocional con el alumno por sacarlo adelante extraordinario".
No solo eso. Tiró las paredes de las aulas y puso cristaleras para ver lo que se hacía dentro: "Transparencia, belleza, dignidad... eso es lo que queríamos impulsar los frutos llegaron enseguida".
Una madre nos escribió un día y nos dijo "seguir así, sois el mayor orgullo de este barrio".
No hubo mejor premio.
