El Nyiragongo es uno de los volcanes más peligrosos del mundo. Está en El Congo y en el cráter tiene un lago de lava permanente. José Antonio, Sergio y David subieron a su parte más alta y vieron con sus propios ojos esa maravilla de la naturaleza, pero no fue nada fácil.
Desde el lugar donde empezaron el recorrido hasta el final hay unos ocho kilómetros, pero el desnivel es de casi 1.500 metros. Tardaron seis horas en llegar y lo hicieron muy cansados. La organización les obligó a contratar a un hombre armado para que les acompañara en la subida (hacía pocas horas que José Antonio había echado a la persona que las autoridades regionales les habían puesto para protegerles, porque disparó sin razón contra unos arbustos).
El volcán permanece activo y es una amenaza permanente para la ciudad de Goma. Desde 1882 hasta hoy ha entrado en erupción 34 veces, la última en el año 2002. Fallecieron 147 personas y cientos de miles de congoleños tuvieron que huir de sus casas para salvar la vida.
La visión del cráter, con su lago de lava, es espectacular. “Cuando uno ve lugares tan impresionantes como este le da sentido a la vida”, reflexionaba José Antonio mientras disfrutaba de las vistas. Cree que, a pesar de todas las penurias y problemas que han tenido que soportar, la aventura del Congo le está mereciendo mucho la pena.
El equipo pasó la noche en unas cabañas situadas cerca del cráter, aunque apenas pudieron descansar ya que hacía muchísimo frío. Cuando se levantaron, una densa niebla cubría toda la zona y les iba a dificultar mucho la bajada. Tras un duro descenso, en el que descubrieron increíbles paisajes, consiguieron llegar al final sanos y salvos.