Borja era un viejo conocido de ‘First Dates’. En su primera vez no encontró el amor, pero no dudó en probar si a la segunda iría la vencida. Por su parte, Paula confesó que vio el paso de él por el programa y se enamoró “de su forma de ser y de su sonrisa constante”. Todo parecía apuntar hacia él éxito.
Cuando se encontraron en el restaurante del amor, Borja se sorprendió de ver a su cita en silla de ruedas, pero dejó bien claro que no era impedimento para quedarse prendado de Paula: “Yo vengo a conocer a una persona, no a una circunstancia”, aseguró.
Es más, ni siquiera le preguntó qué le había sucedido por no inmiscuirse en su privacidad: “Yo también tengo cosas personales que si quiero las cuento y si no quiero no las cuento”.
La cita no podía ir mejor. Paula estaba encantada y Borja también, sobre todo cuando ella le sorprendió con una de sus aficiones: bailar en su silla de ruedas. Risas, gustos y hobbies compartidos no auguraron un inesperado final.
“Tendría una cita pero no con el concepto de cita, que tampoco cita del dentista, pero ahora mismo estamos en distintas perspectivas de la vida; pero cenar y seguir conociéndonos sí, que conversaciones así no se tienen todos los días y me ha tocado el corazón”, explicó Borja ante una atónita Paula.