La cita de Natalia y Julio ha transcurrido en dos realidades paralelas. Él sentía que había encontrado a la mujer rusa que le podía robar el corazón para toda la vida, mientras que ella tenía claro que no iban a tener una segunda cita para que le regalara flores.
Durante la cena, Julio ha dudado de que Natalia le estuviera contando la verdad sobre su profesión. No se ha creído que tenía una escuela de música y ha sacado sus propias conclusiones “Tiene manitas de limpieza”.
Pero tan solo unos minutos después, Natalia le ha demostrado que no mentía. Matías le ha entregado su guitarra y Natalia ha cantado y tocado una preciosa canción de una mítica película rusa. Julio no daba crédito ante la magia y la voz que desprendía su cita, y las lágrimas han comenzado a brotar de sus ojos.
Julio estaba feliz “me ha tocado la fibra”, pero Natalia ha sentido que su cita en lugar de levantarse y manosearle, tenía que haberle preguntado por el título de la canción o de la película.