Esperanza viene desde Bilbao y se defina a sí misma como una mujer “muy escandalosa” a la que le gusta hablar alto. Ha tenido una cita con Antonio, un hombre que se dedica al culturismo y al que le gusta bailar al más puro estilo “boys”.
Cuando se han ido al jacuzzi, Antonio ha querido hacerle un pase privado y, aprovechando que estaba en bañador, se ha puesto a mover su cuerpo al ritmo de la música y haciendo unos movimientos de lo más sensuales.
Ella se ha sorprendido mucho al verlo y, aunque le gustan más los hombres que practican “salsa, bachata o kizomba”, no ha puesto ninguna pega al despliegue de sensualidad de su cita en el restaurante del amor de Carlos Sobera.
“He aprendido a bailar en las discotecas y en los pubs, soy autodidacta”, decía Antonio, antes de empezar a contonearse. Ella, en algunos momentos, se pensaba que su acompañante iba a ir a más: “Como se baje el bañador, ¡qué voy a hacer!”, decía ella.
“Tiene un juego de caderas que, si me coge, me parte las mías”, decía ella, haciendo alusión al tremendo ímpetu del comensal de ‘First dates’. A ella le ha encantado el paso privado y él se ha mostrado dispuesto a aprender los bailes latinos.