Carlos Sobera alucina con la sinceridad de Imán en ‘First Dates’: “Los andaluces son la vergüenza del género humano”

Imán ha entrado en ‘First Dates’ con una gran seguridad y llenita de corazón. La soltera está muy segura de sí misma y está convencida de ser una mujer muy pasional que considera que “la cama y la atracción física” es lo más importante de una relación. Al verla, Matías se ha fijado en la cantidad de corazones que llevaba su vestido y ella le ha sorprendido al mostrarle otro que no había visto.

“Me encanta la elegancia con la que ha subido la pierna”, ha asegurado Carlos Sobera tras ver que Imán les enseñaba el corazón rojo de sus zapatos. El presentador ha querido saber por qué una mujer italiana y guapa no había encontrado el amor en Marbella y la comensal se lo ha dejado claro “Son la vergüenza del género humano los andaluces”.

“¿Cómo?”, el presentador se ha quedado perplejo con la rotundidad de Imán y ella se lo ha explicado “No saben lo que significa vestirse, ducharse o ponerse una prenda de este siglo”. “Yo me escondo”, ha asegurado un Sobera impactado. Pero Imán lo tiene clarísimo “Llevo dos días en Madrid y los hombres dejan una estela de perfume, en Marbella no saben qué es”.

Imán tiene la esperanza que los andaluces sientan vergüenza al escucharla hablar en la televisión nacional y cuiden su forma de vestirse y su aseo para quedar con una chica. También ha querido recalcarle al presentador que busca a un hombre pasional “La importancia de ser activo en la cama, si tú no puede conducir un Ferrari, no te atrevas a pedir una prueba. Lo siento” y que su cita también tenga aspiraciones en la vida.

Bienvenido ‘Bienve’, su cita, asegura que le gustan las mujeres atractivas, sensuales, calientes. Antes de presentarle a Imán, Sobera ha querido ponerle a prueba para saber si cumplía con los requisitos de su cita. Asegura que le gusta vestir bien, que le gusta conducir, que conduce un Mercedes, pero que los Ferrari “no los he conducido nunca”. El presentador le ha advertido que en la mesa le estaba esperando una mujer que era un auténtico Ferrari, pero también muy exigente, algo que a Bienve no le ha dado miedo.

Al verle, Imán ha sentido que era un hombre atractivo, pero demasiado bajo para ella. No le gusta ponerse los tacones y ser más alta que su pareja. Sin embargo, ha comenzado a conocerle con una sonrisa y al saber que se llamaba Bienvenido le ha preguntado “¿Cómo has pasado la infancia con ese nombre?”.

A Imán no le ha gustado escuchar que Bienve era un tipo feliz con su tipo de vida tranquila en una ciudad pequeña “yo me voy a aburrir”, pero tampoco le gusta la gente del mundo de la moda con la que se relaciona en Marbella. Le ha contado a su cita que es muy difícil hacerse amigos en el sector de la moda porque todos son muy falsos y lo único que hacen es aparentar “En Marbella son todos unos muertos de hambre que se gastan el dinero en ropa para aparentar”.

No entiende que la gente no tenga dinero y se gaste 50€ en una copa de vino por ir al sitio de moda o que se compren complementos de marca falsos para presumir en las fotos de Instagram. A Bienve no le ha gustado que generalizara de ese modo y ha decidido cambiar el rumbo de la conversación. Le ha explicado que a él le encantan las mujeres provocativas que se arreglan mucho y le pierden “los tacones rojas y amarillos”. Imán tiene nada más y nada menos que 165 pares de zapatos.

A Imán no le ha gustado saber que Bienve tenía un hijo y menos en otra ciudad “después de tantos años quiero ser la número 1 para mi pareja” y le ha contado que había estado a punto de casarse tres veces pero que no lo hizo porque sus parejas le trataban muy bien, pero tenían personalidades muy débiles “Necesito que tenga su propio negocio, vista bien y sea Leo o Aries”. Al escucharla, Bienve ha tenido claro lo que quería Imán para su vida “quiere a un millonario que haga lo que ella diga”.

Imán le ha contado a Bienve que la gente le pide que escriba un libro de su vida y ella ya tiene pensado hasta el nombre “La teoría de la Ferrari”. Está convencida de que ella es como el famoso coche rojo que todos los hombres la quieren tener pero que luego se dan cuenta de que no pueden mantenerla.

Bienve ha flipado con la reflexión de Imán y en el momento de la decisión final le ha dicho que no quería conducir ningún Ferrari, no le ha gustado físicamente lo suficiente y le pilla a 300 kilómetros de distancia. Ella se lo ha tomado muy bien porque tampoco quería a Bienve en su vida.