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No desvela su nombre y es muy difícil acceder a él. En Marruecos es considerado como un rey, capaz de desafiar diariamente las leyes para suministrar droga a todo un país. Vive en Tánger, gana más de 180.000 euros mensuales y crea su droga, karkubi, con tranquilizantes que provienen de la sanidad española.
No puede visitarlo cualquiera, hay que pasar varios filtros, pues siempre va acompañado de un cordón de seguridad que impone y, a la vez, garantiza que todo lo que ocurra a su alrededor esté bajo su control, convirtiendo al periodista en un mero peón en su tablero de ajedrez. No desvela su nombre ante la cámara, pero todo Marruecos le conoce como el ‘Pablo Escobar’ árabe.
En una zona a las afueras de Tánger, cercano a un cementerio, el narcotraficante nos cita en una casa abandonada. “Al mes vendo mil cajas (clonazepan), cada una tiene 36 pastillas y vendo cada pastilla a 5 euros”, explica el rey de la droga. Es decir, el narcotraficante obtiene 180.000 euros mensuales. El Karkubi es la droga de moda del país y se crea gracias a unos tranquilizantes llegados ilegalmente de nuestro país: “Los mejores tranquilizantes son de España, son muy preciosas y calientes”.
En todo momento el reportero está en peligro, puede llegar la policía y detener a todos. Por eso, cuando el cámara hace un movimiento extraño, tanto el periodista como Pablo Escobar se asustan y llegan a preocuparse. Sin embargo, mostrando la dureza de la droga, el entrevistado se mete una raya mientras dialoga con el reportero para pasar el susto: “Tranquilo, éste es mi sitio, hay seguridad, no va a pasar nada”.
El Pablo Escobar reconoce que su droga la consumen “niños y niñas del colegio, en la shisha”, personas con problemas que “llegan a matar a personas amigas o, incluso, a autolesionarse”. De hecho, el mismo narcotraficante reconoce que él, tras consumir una buena dosis de Karkubi, se autolesionó el brazo y no recuerda cómo.
El periodista y el entrevistado estaban en una habitación oscura donde se podían apreciar, a simple vista, varios tipos de droga. La pregunta fue directa: "¿Cuánto te puede caer en prisión si te pilla la policía ahora mismo?". Pablo Escobar, casi irónico le contesta: "Con lo que hay aquí ahora... unos cinco años. Pero no hay problema, aquí la policía coge el dinero, llamo a mi abogado y le paga". Un rey sin ninguna limitación, campando a sus anchas sobre el lado de la ilegalidad.