Al parecer, el hombre sufrió una lesión por explosión en las extremidades inferiores mientras manipulaba fuegos artificiales. El equipo dirigido por el Dr. Andrew Murtha aconsejó a los médicos qué hacer en tales situaciones. Los artificieros y los bomberos ayudaron a eliminar un fuego artificial por el riesgo a que explotase.
El hombre de San Antonio, Texas, asumió que el dispositivo era un fracaso porque no se activó. Los cirujanos hicieron públicos con el extraño caso, recogido en 'The Journal of Emergency Medicine' y le recomendaron al paciente que permaneciese quieto, ya que podía explotar en cualquier momento.
El manejo de pacientes con dispositivos empalmados sin detonar es raro en el entorno civil. Sin embargo, ante la sospecha de los recientes ataques terroristas, los servicios de emergencias deberían estar familiarizados con los protocolos "sin arriesgarse a dañar a otros pacientes".
Los doctores ahogaron la mecha regando la herida con agua, un consejo que recibieron de los bomberos. Para evitar una explosión, también se les instó a no asistir una cirugía que pudiera calentar el tejido del paciente. Finalmente, el paciente pudo regresar a casa dos semanas después.