Para llegar a esta conclusión, los expertos tomaron a 192 lactantes de entre tres, cinco, seis y doce meses, a los que les presentaron varias caras de temor y de felicidad en una pantalla.
El resultado fue que las imágenes en las que se podían ver caras de miedo llamaban más la atención de estos pequeños.
Pero los investigadores llegaron más allá y quisieron averiguar cuáles eran las preferencias visuales y la orientación de la vista de estos bebés. Pudieron comprar cómo dirigían su mirada a la expresión de los ojos y de la boca de las personas que aparecían en las imágenes.
Además, en todos los casos, los pequeños mostraron más curiosidad por aquellas fotografías en las que aparecían gestos de miedo, tal y como recoge 'ABC del bebé'.