Esta especie de guía pide al cura que deje sus tareas como sacerdote y "asumir sus responsabilidades como padre, dedicándose exclusivamente al niño". No obstante, no consiste en un mandato como tal y, por ello, son los propios religiosos los que deciden acatar esta petición o no. Las autoridades de la Iglesia ahora están contemplando imponer que dicha renuncia sea obligatoria para que las personalidades eclesiásticas se ocupen de sus hijos, tal y como recoge 'Infobae'.
Sin embargo, los abogados canónicos han subrayado que nada obliga al sacerdote-padre a renunciar a su vocación ya que no es "un crimen canónico".
Los sacerdotes que rompen el celibato suelen hacerlo con mujeres laicas que están al servicio de la iglesia o con las monjas. El abuso sexual contra éstas fue revelado en las últimas semanas y conformó un nuevo escándalo en lo más alto de la institución.