No es una roca sino vómito de ballena y lo encontró Ken Wilman, este británico. Paseaba con su perra por una playa del noroeste de Inglaterra cuando el animal se paró a olfatear una piedra grande de color gris amarillento y textura cerosa. Al dueño le pareció extraño, cogió la roca, la olió. Desprendía un olor a almizcle pero cuanto más lo hueles mejor huele dice. Ahora espera que los análisis confirmen que se trata de un trozo de ámbar gris, es decir una secreción biliar de los intestinos de un cachalote enfermo. El ámbar gris es el oro flotante utilizado en perfumería como fijador. Vómito muy valioso que flota en la superficie del agua y que ya se mencionaba en Moby Dick.