Según las denunciantes, en la tarjeta de memoria del smartphone había un video de la menor, de contenido sexual, que se había realizado hacía unos dos años.
Por último, la madre e hija informaron a los guardias civiles de que el citado video estaba circulando entre los jóvenes de la localidad. Los investigadores de la Benemérita iniciaron las pesquisas y conocieron que, en el centro escolar donde estudia la víctima, le habían entregado el móvil a un docente.
Finalmente, y tras tomar declaración a varios menores testigos de los hechos, los agentes imputaron a una menor por un supuesto delito contra la intimidad y el derecho a la propia imagen, así como por una falta de hurto.