Hace tres años ‘Toylet’, el juego de urinario, era un sueño para los desarrolladores japoneses de Sega, pero ahora el videojuego ha sido instalado en pubs de todo Japón. El jugador controla su personaje dirigiendo y analizando el flujo de orina. Por encima de cada urinario se instala un sensor de presión y una pantalla para seleccionar y reproducir cuatro mini-juegos diferentes.
“En principio, pensamos que sólo a la gente joven le gustaría esta clase de juegos. Pero estamos viendo que la gente disfruta jugando sin importar la edad”, explica Hirotaka Machida, el productor jefe de la consola.
Al precio de 150.000 yenes (algo más de 1.500 euros) por unidad, Machida señala que el plan original era evitar el mercado masivo, pero los tests en los pubs y restaurantes mostraron que había una demanda exterior.
Un dispositivo de infrarrojos señala el fin del juego si los jugadores se alejan demasiado de los urinarios, lo que reduce la cantidad de suciedad, señala Sega, por lo que es un éxito también entre los gestores de bar.
El humor escatológico y los chistes picantes son un elemento básico en Japón, donde ‘Toylets’ ha tenido un éxito considerable.