La expareja rompió hace ocho años debido a que la joven no lidiaba bien con la presión mediática que generaba su relación en Gran Bretaña. Sin embargo, el afecto entre ellos siempre ha estado presente, por lo que el príncipe Harry no dudó en invitarla a su boda e incluso se puso en contacto con ella el día previo al enlace.
Durante un tiempo, hubo rumores de que la expareja se seguía viendo y que tenían algo más que una amistad. Algunas fuentes incluso afirmaban que Chelsy y Harry habían pasado unos días juntos en Sudáfrica en 2015.
“Cuando la llamó, se trató de una despedida en la que ambos reconocieron que él había tomado otro rumbo. Chelsy terminó muy conmovida con todo esto. Estaba llorando y casi no va a la boda. Finalmente fue. Antes le había prometido a Harry que nunca haría nada para arruinar la fiesta”, explica una fuente cercana a Chelsy en declaraciones recogidas por Clarín.
El día del enlace, la ex del príncipe no pudo evitar tener una expresión seria durante la mayor parte de la ceremonia.
EL PRÍNCIPE HARRY Y MEGHAN MARKLE SE DAN EL 'SÍ, QUIERO'
Los nuevos duques de Sussex contrajeron matrimonio en la capilla londinense de San Jorge. Los contrayentes pronunciaron sus votos ante la familia real británica y más de 600 asistentes.