El pequeño, llamado Jack, quedó colgando en el remonte aproximadamente a 10 metros del suelo después de que se inclinara hacia adelante y se deslizara.
Sus padres, horrorizados, tuvieron que aferrarse a él mientras flotaba sobre el suelo en el Monte Hutt en llanuras de Canterbury en la Isla Sur de Nueva Zelanda, hasta que llegó la ayuda.
Unas espectadoras capturaron las dramáticas imágenes y las publicaron en Facebook. En el vídeo puede verse a un grupo de rescate llegando hasta el niño y situando una lona de seguridad debajo de él para cogerle en el momento en que cae al suelo. James Urquhart, manager general del área de esquí en el monte Hutt, describió el rescate: "Todo terminó en un minuto y medio".
Tras el incidente, Jack explicó que contuvo el aliento y se dijo a sí mismo “no caigas, no caigas”. "Estaba un poco asustado. Pensaba para mí que no quería caer porque estaba muy alto", ha indicado a un medio local.