Durante uno de sus turnos, Wendell atendió a una familia con una niña pequeña, de 3 años. La niña trató de organizar durante toda la cena, incluso pidiendo la comida para todos. A Wendell le pareció entrañable y divertido, y le siguió el juego.
“La niña no paró de hablar desde que su familia se sentó”, explicó a BuzzFeed News. “Estaba tratando de pedir toda la comida, así que le seguí el juego”.
Cuando llegó el momento de dar la cuenta a la familia, la niña intentó pagar varias veces con su tarjeta rosa de juguete. "Trató de darme la tarjeta dos veces y yo solo me reí, le sonreí y le dije 'te tengo'", recuerda riéndose. Así que cogió la ‘tarjeta de crédito’ rosa. Un compañero de trabajo le sugirió que hiciera un recibo falso para ella y así lo hizo: un recibo personalizado a mano para la pequeña y lo llevó al sitio donde estaba sentada la familia.
Antes de que pudiera regresar a la mesa, la familia se fue. Al volver, abrió la cuenta de la pequeña, donde la familia había dejado una pequeña propina extra para él. “Se fueron antes de que pudiera regresar y agradecérselo”, señala Wendell. “A los niños les encantan los billetes y las monedas”, añade riéndose.
Wendell quiere que, si en algún momento los padres leen la historia, sepan que “esa preciosa niña tiene un futuro brillante”.