Los hombres accedieron al local ataviados con la típica indumentaria eclesiástica compuesta por una sotana negra y un alzacuellos blanco. Cuando el camarero les vio así vestidos, procedió a invitarlos a abandonar el local pensando que no eran sacerdotes sino que los hombres se encontraban celebrando una despedida de soltero, según informa Metro.
Lo que en realidad estaban celebrando los sacerdotes era el reciente nombramiento como diáconos de dos de ellos.
Posteriormente el gerente del local se dio cuenta del error y acudió a buscar a los curas, a quienes invitó de nuevo al local.
“A modo de disculpa, después nos invitaron a una ronda de bebidas” dijo uno de los integrantes del grupo.