De la misma forma, en negativo, llevar un estilo de vida sedentario durante ese periodo de tiempo se asocia a un incremento del riesgo de padecer una muerte prematura.
Los 150 minutos de actividad diaria “podría ser suficiente para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca en un 31%”, explica Chiadi Ndumele, autor principal del estudio. Sin embargo, si la persona no llevaba un estilo de vida activo con anterioridad, la reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca durante los recomendados 6 años se estima en un 23%, informa RT.
El estudio ha analizado el nivel de actividad física durante 19 años en 11.000 adultos estadounidenses, con una edad promedio de 60 años.
Los investigadores advierten de que su estudio, publicado en la revista Circulation, se basó en la observación, es decir, los resultados no muestran un vínculo directo de causa-efecto entre el ejercicio y la insuficiencia cardíaca. Además, destacan que las tendencias observadas sugieren que nunca es demasiado tarde para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca a través de un ejercicio moderado.
Y es que, "a diferencia de otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas, como la presión arterial alta o el colesterol alto, no contamos con medicamentos específicamente efectivos para prevenir la insuficiencia cardíaca", subraya Roberta Florido, becaria de cardiología del Centro Ciccarone de Johns Hopkins, por lo que se debe "identificar y verificar estrategias efectivas para la prevención y enfatizar esto al público".