Los pasajeros del vuelo de Ryanair que hacia el trayecto de Dublín a Zadar, en Croacia, tuvo que aterrizar de emergencia en Frankfurt tras la pérdida de presión en la cabina. Según los registros, el avión descendió de 37 mil a 10 mil pies en un periodo de 7 minutos. Por su parte, Ryanair afirma que el avión aterrizó con normalidad. 33 de los 189 pasajeros fueron hospitalizados, algunos porque les dolían y sangraban los oídos, tenían dolores de cabeza y náuseas.

Por su parte, los clientes aseguran que durante el aterrizaje de emergencia que vivieron no tuvieron información de la tripulación y que la compañía no les trató bien. Aseguran que no les ofrecieron alojamiento después de 36 horas despiertos y les dieron 100 hamburguesas para 189 personas. La compañía se defiende diciendo que había escasez de alojamiento disponibles.

Ayer, finalmente otro vuelo de Ryanair llevó a la mayoría de los pasajeros a su destino en Croacia. De las 33 personas ingresadas en el hospital, 22 fueron dadas de alta y trasladadas en autobús a Croacia porque se les aconsejó que no volaran. Es el caso de Minerva Galvan, una española que estaba a bordo y daba las gracias a través de un tuit a todos los usuarios que habían ejercido presión a la compañía para que les llevara a su destino. Todo se ha resuelto con un gran susto y con la compañía Ryanair, otra vez mas, en el punto de mira.