Tras cuatro años de la muerte de Paul Walker, el actor conocido por la saga de 'Fast and Furious', se han desvelado estremecedores detalles sobre el accidente de tráfico que acabó con su vida en 2013.
Como recoge RT, la cadena estadounidense Reelz ha emitido un documental con el nombre de "Collision Course" en el que se plantea la posibilidad de que sobreviviera al accidente en el momento del choque.
El coche deportivo en el que iba el actor era un Porsche Carrera GT y lo conducía su amigo y piloto de carreras, Roger Rodas. Tal como dice la versión oficial, ninguno de los dos iba bajo los efectos de estupefacientes o alcohol pero la velocidad que llevaban doblaba la permitida: entre 130 y 150 kilómetros por hora.
La altísima velocidad hizo que Rodas perdiera el control del Porsche y chocaran contra una farola y dos árboles. El piloto de carreras murió en el acto pero el actor seguía con vida después de la colisión, como afirma el abogado Craig McClellan, especializado en litigios contra las productoras de automóviles por accidentes de tráfico y uno de los entrevistados en el documental.
Pero sus afirmaciones no se basan en conjeturas sino en pruebas. La autopsia del actor mostró que había partículas de hollín en su tráquea. Esto significa que Walker aún respiraba cuando el coche comenzó a incendiarse. Como explica el abogado, "no pudo salir [del coche] porque estaba atado".
Al parecer, después de la explosión el Porsche se partió en dos y envió en direcciones opuestas el compartimento delantero y el del motor y tanque de gasolina. Según McClellan, el actor quedó atrapado en medio, "aplastado contra su asiento" y con fracturas en sus "costillas, clavículas y brazos".
Todos estos datos se basan en las informaciones que fueron reveladas por los investigadores de Policía del condado de la ciudad de Los Ángeles y de la Patrulla de Caminos de California, y por el informe médico de la autopsia, donde se indica que se encontró hollín en la tráquea de Paul Walker.