Desde el helicóptero de Salvamento Marítimo podemos ver a 30 personas en una patera a 50 metros de la costa de Zahara de los Atunes. Están a la deriva porque el patrón ha saltado al agua y ha dejado la hélice atascada con una cuerda. Un guardia civil se tira desde el acantilado para socorrerlos.
La cámara gira y vemos una segunda escena; un inmigrante rescatado del agua con salvavidas, ayudado por dos guardias civiles. Uno nada sin camisa.
La tercera escena que captan son dos inmigrantes a salvo en una roca, que, ayudados por otro agente de la guardia civil, saltan hacia tierra firme.
Retrocedemos y vemos al agente sin camisa que intenta alcanzar las rocas; el segundo guardia también avanza como puede y el inmigrante del salvavidas se queda solo por unos segundos interminables. Parece que es zarandeado por el oleaje, pero sigue agarrado a la roca y lo que hemos visto salir volando es su salvavidas, que los ha perdido con el azote del mar.
Los dos guardias no han terminado su rescate, cogen fuerzas cada uno en su roca de descanso. No tardan en tirarse de nuevo al agua y comienza el salvamento.
El agente que no lleva camisa logra auxiliar al inmigrante. Pero el mar azota, sin tregua. El otro guardia lo agarra, pero caen. Es angustioso.
Golpeados contra las rocas, no sueltan al inmigrante, que ya no puede más. Le ponen a salvo, pero los agentes vuelven a caer. Los embates del mar hacen daño solo de verlo, pero conseguirán salir, exhaustos.
El tercer agente de la guardia civil ha alcanzado la patera y ha conseguido desbloquear el motor para salvarlos. El patrón que había abandonado al grupo de inmigrantes logró huir a nado.