Un grupo de testigos alertó a la Policía de que un hombre estaba “actuando de forma extraña” y “amenazando a la gente diciendo que tenía un arma”. Cuando los agentes se personaron en el lugar de los hechos, Francis Carlton Crowley, el sospechoso de 32 años, había huido de la zona. Estaba cuidando de un bebé que, según los testigos, “no habían visto durante horas”.
Poco después, los agentes localizaron e interrogaron a Crowley que, “parecía estar bajo la influencia de las drogas”, según dicta un comunicado policial. El hombre explicó a la policía que el bebé “posiblemente fue enterrado en algún lugar de las montañas”, según recoge People.
“Después de más de seis horas de búsqueda a pie, escuchamos el débil llanto de un bebé. Seguimos el sonido y encontramos al bebé vivo, boca abajo y enterrado bajo una pila de palos y escombros”, cuentan los agentes. Su ropa estaba mojada y sucia, a una temperatura de 46 grados durante un mínimo de nueve horas.
"El bebé fue transportado a un hospital local y está en buenas condiciones. Para todos nosotros, esto es lo que llamamos un milagro. Para los oficiales que estuvieron presentes en este evento, es muy difícil saber lo que este pequeño bebé soportó en las últimas 24 horas. Al sheriff McDermott le gustaría agradecer a los que ayudaron en la búsqueda y a los que llamaron al 911 ", dijeron las autoridades en el comunicado.
Crowley ha sido detenido y se encuentra en la prisión del condado de Missoula por cargos de peligro criminal.