Manuel sobrevivió de milagro al incendió en su casa. Sufrió quemaduras en el 65 % de su cuerpo. Estuvo ocho meses ingresado. Perdió la nariz, los dedos de su mano, la movilidad de su cuello y se quedó sin orejas y sin nariz. Con su rostro desfigurado su única solución pasaba con unas costosas reconstrucciones quirúrgicas en clínicas privadas. Hace 8 meses conoció al doctor Ignacio Sanza, un cirujano plástico que le está devolviendo su rostro a coste cero. Con injertos, el doctor le ha dado forma a las cejas, la nariz y los párpados. Cada operación cuesta algo más de 5000 euros. Según este auténtico benefactor, "los mejoras físicamente pero lo más importante es que mejoran la sociabilidad, la autoestima". A Manuel todavía le queda mucho camino por recorrer. El siguiente paso es mejorar el aspecto de su nariz y dar movilidad a sus dedos para que pueda tener una mayor autonomía. Aún le queda pero él empieza a parecerse al que era.