Tom nació con el peso de un niño normal, pero a lo largo de su infancia fue perdiendo la grasa de las piernas, brazos y cara, debido a la mutación de un gen que le impide acumular grasa.
Durante años ningún médico podía explicar por qué le sucedía esto y no fue hasta hace poco que los expertos pudieron identificar en su ADN un gen mutante responsable de dicha condición.
Solo existen ocho personas en el mundo con este síndrome denominado MDP, como asegura el portal de noticias de la BBC.
A pesar de no acumular grasa bajo su piel, el cuerpo de Tom actúa como si fuese obeso y sufre una diabetes de tipo 2, además de tener el sistema auditivo estropeado desde que tenía 10 años.
Esta extraña enfermedad no le ha impedido llegar a ser un deportista de élite y mantener una vida más o menos normal, pero asegura que el camino no ha sido fácil: “solo tengo el 40% de músculos que cualquier otro hombre y me cuesta metabolizar el azúcar y carbohidratos. También me cuesta recuperarme más debido a que no tengo una fuente de energía igual que las demás personas”