El chico, procedente de Huánuco, Perú, fue declarado como muerto, pero cuando su familia se encontraba velando su cuerpo entre lágrimas, dio signos de estar vivo.
Según recoge ElNueve.com la víctima visitó un centro médico de Perú porque presentaba fiebre después de que se le practicara una endodoncia en una clínica dental. De ese centro, lo trasladaron al hospital de Contigencia de Tingo María donde, tras unos exámenes médicos, lo declararon como muerto cuando, en realidad, estaba sedado tras ingerir diversos medicamentos.
Esta dolorosa situación fue comunicada a la familia, que inició el velatorio. Fue en ese momento cuando los allí presentes se dieron cuenta de que el joven que habían dado por fallecido, aún respiraba.
Rápidamente llamaron a un médico para intentar reanimar la vida del joven, lo retiraron del féretro y fue trasladado al hospital más cercano, pero una vez que llegó al centro médico los expertos le informaron de que acababa de fallecer. Un suceso insólito que la fiscalía está investigando.