Según relata el diario Mirror, el niño, que vendía su perro de peluche para comprar comida, fue encontrado por el agente Steve Dunham, quien lo llevó a un restaurante cercano para que cenara después de oir al pequeño decir que no había comido durante días.
Este sábado, sus paders, Michael y Tammi Bethel, de Franklin, en Ohio, EEUU, han sido declarados culpables del abandono de sus cinco hijos y condenados a seis meses de cárcel.
El abogado de la madre ha dicho que la mujer ha aceptado la responsabilidad y que planea recuperar la custodia de sus hijos, quienes fueron acogidos por familiares después de que la policía comprobara que vivían "entre basura y orina de gato".