Ya son setenta los años que han visto pasar juntos. De la mano desde 1946, Ray y Jessie Larrison se ven obligados a vivir separados por decisión de los servicios sociales de Tyneside.
A Ray, de 95 años, le golpeó el alzheimer hace unos años y se vio en la necesidad de pasar a ser cuidado en una residencia de ancianos a tiempo completo, mientras que Jessie tuvo que ser ingresada en el hospital por numerosas dolencias. El alta de la mujer, de 88 años, debería haber sido una buena noticia para la familia, ya que, a pesar de requerir atención especial durante varias horas al día, podía volver a casa.
Pero eso estaba muy lejos de la realidad, porque Jessie quería volver a estar con su esposo. Así que aceptaron su ingreso en la residencia. Pero, tras pasar unos días allí, llegaron las malas noticias. Los servicios sociales de la residencia negaron a la mujer quedarse, "porque no cumplía los criterios de ingreso", y ahora la pareja ha tenido que separarse para siempre.
La familia está destrozada con la noticia, que ha llevado a Jessie a tener que regresar al hospital cuando supo que tendría que separarse de él. Jay Larrison espera a su esposa todos los días a las puertas de su habitación, preguntando cada instante dónde está. Según informa Mirror, los hijos de la pareja están pidiendo firmas para que estos ancianos vuelvan a estar juntos.