La historia de Marcos es la de un niño maltratado por sus padres. A a los seis años empezó a vivir en Sierra Morena con un pastor, que murió a los pocos meses. A partir de entonces, se quedó solo. El monte se convirtió en su casa y los animales en su familia. A los 17 años, el niño-lobo fue cazado por los humanos. Le capturó la Guardia Civil para devolverlo a la civilización; y ahí, comenzó su calvario.
Tanto echaba de menos la vida salvaje, que hace unos años volvió a la sierra cordobesa. Pero desde hace dos décadas, Rante, un pueblo de Orense, se ha convertido en su nuevo hogar. Aquí los vecinos conocen su historia y él enseña a los demás los conocimientos que le dio la naturaleza. Con una mínima pensión, ahora vive en esta casa prestada. Asegura que es feliz, pero reconoce que hubo una época en la que lo fue más.