Todo parecía tranquilo en el campo de tiro de Florida High Noon Gun Range. William Brumby pasaba el rato con sus tres hijos, de 14, 12 y 24 años. Estaba disparando en el último pasillo de tiro cuando todo se torció.
Después de una ronda de tiro, uno de los casquillos perdió su rumbo, chocó contra una pared y se quedó enganchado en la camiseta del padre. Entonces, con su hijo Stephen tras él, fue a cogerlo con la misma mano con la que sujetaba el arma. "Mientras hacía eso, él sin darse cuenta apuntó su arma directamente hacia atrás y accidentalmente disparó", aseguró el sheriff de la zona, según informa el NY Daily News. Esa bala alcanzó a su hijo, que fue trasladado inmediatamente al hospital, donde falleció.
Sus otros dos hijos estaban presentes en el momento del disparo. La investigación sobre lo sucedido sigue en marcha, pero de momento no hay cargos contra el padre.