Scoobie sufrió la rotura de la espina dorsal, costillas y pómulo en un ataque que le dejó a punto de morir. Su dueño, Paul Rush, de 36 años, encontrado “en un permanente estado de borrachera”, ha sido encarcelado durante 18 semanas y se le ha prohibido tener mascotas de por vida tras declararse culpable de causar un sufrimiento innecesario a un animal, informa Daily Mirror.
La fiscal señaló al tribunal que la policía llegó a la casa de Rush alertados por los vecinos que oían a una mujer gritar. Hicieron una búsqueda y encontraron en la cocina a Scoobie. Estaba tendido sobre su cara, incapaz de ponerse en pie y parecía estar inconsciente.
“Cuando el policía le preguntó al acusado qué le pasaba al perro, dijo que no le pasaba nada e intentó que se pusiera en pie”. Entonces fue arrestado por causar un sufrimiento innecesario a un animal bajo el Acta de Bienestar Animal y llevado a la comisaría.
Scoobie fue tratado de sus heridas y, aunque podría haber quedado paralítico o haberse asfixiado, se ha recuperado milagrosamente. Scoobie tiene ahora una nueva casa.
Rush negó haberle causado las heridas pero sí aceptó que no le había proporcionado la ayuda adecuada. Según la fiscal, “en el momento del incidente, estaba en un estado permanente de borrachera porque no se le permitía ver ni a sus padres, a su expareja o sus hijos y no podía soportarlo. En esa época, había varias personas merodeando por la casa. Había fiestas y cree que las heridas le fueron causadas el día anterior cuando hubo una gran cantidad de gente en la propiedad”.
El inspector de la Royal Society for the Prevention of Cruelty of Animals Trevor Walker señala que se siente aliviado de que Rush no pueda tener animales nunca más. “Creo que la sentencia se ajusta al crimen. Ha habido un trauma repetido y sustancial para el perro. Desde mi punto de vista, es uno de los peores daños causados a un perro que he visto. Es increíble que haya sobrevivido, pero lo ha hecho y ahora se le ha buscado un nuevo hogar”.