Mark Bridger trabajaba en un matadero de Machynlleth, en Gales, localidad donde desapareció April Jones. El hombre de 46 años, vecino y cercano a la familia de la víctima, fue hallado culpable de la muerte de la pequeña, según publica The Guardian.

El jurado ha definido a Bridger como un "mentiroso y pederasta patológico", que rastreaba a mujeres y niñas en las redes sociales, según la investigación.

El condenado, que trabajó como leñador, mecánico, cocinero y camarero, tenía una doble personalidad. Podía ser seductor y atractivo para las mujeres, conversador, entretenido; era popular entre los hombres y su existencia mundana le habían convertido en un personaje con fama de aventurero.

Sin embargo, al mismo tiempo era un bebedor empedernido, iracundo y violento. Un hombre que sentía que no había llevado su vida al máximo potencial por ello contaba historias falsas sobre su existencia, como que había sido mercenario en África y Asia o que estaba en una lista negra del IRA.

Sus fantasías, inofensivas, se volvieron perversas y oscuras, según explicó el juez. Bridger se obsesionó con imágenes de pedofilia sádica y así comenzó a rastrear imágenes, primero en internet y después en la realidad.

Bridger, casado en tres ocasiones y con 6 hijos, tenía antecedentes penales por un plan fallido para asaltar una oficina de correos.

"Se veía a sí mismo como un tipo duro, que quería hacer creer que tenía un interior interesante",aseguró el juez.

Escalofriante el conocimiento de la matanza y de los escondites alrededor Machynlleth, lo que evidenciaba que podía disponer con habilidad del cuerpo de april.

A pesar de que Bridger negó todo, el tribunal lo declaró culpable y basándose en las pruebas, el hombre descuartizó el cuerpo de la pequeña y se deshizo de él en el río, donde fue grabado por una cámara el día que desapareció la niña.