Chris Parker había estado en la estación de trenes junto al Manchester Arena cuando un atacante suicida detonó una bomba en el vestíbulo al final de un concierto de Ariana Grande, matando a 22 personas e hiriendo a más de 500. Afirmó haber ayudado a algunos de los heridos en la explosión, entre ellos, a una niña que estaba gravemente herida y había perdido las dos piernas. Además prestó su ayuda a otra mujer con grandes heridas en la cabeza y en la pierna murió en sus brazos.
El público recaudó más de 56.000 euros para ayudar a esta persona sin hogar. Sin embargo, la policía revisó las grabaciones del atentado y se vio a Chris Parker vagando por el vestíbulo del recinto entre los heridos y robando a las víctimas.
El hombre de 33 años admitió en una audiencia en el Manchester Crown Court el mes pasado, que había robado el bolso de una mujer y un teléfono móvil a una niña de 14 años, ambas heridas de gravedad.
También se declaró culpable de fraude por usar una tarjeta bancaria que estaba en un bolso que robó en un restaurante. Parker fue encarcelado durante cuatro años y tres meses por dos cargos de robo y un cargo de fraude.
El juez David Hernández le dijo a Parker: "No eras el héroe que fingiste ser, solo eras un ladrón común”. Los fiscales dijeron que el acusado brindó "cierta asistencia limitada", pero que también aprovechó la oportunidad para cometer los robos inmediatamente después de la atrocidad.
El dinero recaudado para que Chris Parker construyese una nueva vida, fue devuelto a sus correspondientes donantes.
Después de la sentencia, el superintendente Chris Hill, de la policía de Greater Manchester, dijo: "No importa en qué circunstancias personales te encuentres, robarles a personas inocentes heridas y aterrorizadas es deplorable. Parker explotó a estas personas cuando estaban en su punto más vulnerable y necesitaban la ayuda de quienes los rodeaban”.