La madre de Kayden Culp, Tristyn Hatchett, ha contado, según recoge News 4 San Antonio, cómo su hijo estaba jugando en un campo, en Kerrville, Texas (EEUU), con otros dos niños cuando estos le rociaron intencionadamente con gasolina y le prendieron fuego.
El niño sufre quemaduras en más del 20 por ciento de su cuerpo, desde las orejas hasta el ombligo y ahora debe hacer frente a infecciones y necesita medicación para estabilizar su corazón. Según los informes médicos, Kayden está sedado y con respiración asistida. Su familia pide ahora justicia ya que lo considera un ataque premeditado que está siendo investigado. "Ningún niño merece pasar por todo lo que está pasando Kayden", declara un amigo de la familia.
Para ayudar a la familia de Kayden a costear el ingreso y la recuperación se ha habilitado una página para aportar donativos.