La investigación comenzó el 5 de abril y, cuando días después, los agentes volvieron, constataron que habían muerto cuatro vacas, vieron tres semienterradas y otros 31 animales en malas condiciones, ha informado este viernes la Guardia Civil.
Ante el pésimo estado de los otros 31 animales restantes y su carencia total de trazabilidad, el SEPRONA los inmovilizó y gestionó que fueran sacrificados por parte de veterinarios de la oficina de la Conselleria de Agricultura en Mollerussa, Lleida.
Durante el transcurso de la investigación, los agentes comprobaron que en el interior de la granja el responsable se dedicaba a la actividad de venta de leche al por menor sin ningún tipo de control sanitario y careciendo de autorización.
Dentro de la instalación fue localizada una nave habilitada como taller mecánico en la que una persona de nacionalidad extranjera en situación irregular realizaba trabajos de chapa y pintura en varios vehículos.