El comandante del vuelo explicó que habían descubierto que habían perdido una pieza del ala, además de tener un problema con la presión de la aeronave. Esto llevó a realizar un aterrizaje de emergencia en Manchester, donde les esperaban los bomberos. Los pasajeros tuvieron que esperar a un avión de repuesto para realizar su viaje.
Dos de los pasajeros, John Bradley y su madre Teresa Sims se felicitaron de la rápida decisión del piloto y de su pericia para realizar un aterrizaje seguro, informa The Mirror.
Teresa explica al Manchester Evening Post que “nos dijeron que era un problema técnico y que íbamos a volver a Manchester. Una de las azafatas dijo después que había un problema en la cabina y el resto del avión de despresurización. Por eso volábamos más bajo con el fin de solucionarlo. Nos dimos cuenta también de que había un trozo del ala colgando”.
Señala que “el piloto, al principio, dijo por el altavoz que había un problema. Sonaba un poco alarmado, lo que nos dejó preocupados. Volamos en círculos un rato. Daba miedo porque no sabíamos qué pasaba. El piloto parecía traumatizado cuando salió al final, explicó que no tienen que lidiar con este tipo de cosas a menudo. Pero lo hizo bien al mantenernos seguros. Cuando estás en el aire y sabes que algo va mal, pero no sabes qué, empiezas a pensar en toda suerte de cosas, tu mente divaga. Fue aterrador”.
Un portavoz del aeropuerto de Manchester insistió en que el piloto volvió para solucionar el problema como “medida de precaución”. Añadió que “hubo un problema con la aeronave tras despegar, por lo que el piloto decidió volver a comprobarlo. Aterrizaron de forma segura sin incidentes y los pasajeros están bien", ha indicado.